La LOFCA, es un desatino injusto e insolidario. En Ceuta, premiada por Zapatero con quince millones de euros -gracias a su alineamiento con los socialistas en el pasado Consejo de Política Fiscal y Financiera- todos se ponen medallas y tiran cohetes. El homónimo ceutí de Dionisio Muñoz, Juan Antonio Carracao, dice que su ciudad saldrá ganando –eso está claro- y que todo ello fue posible, gracias a sus gestiones y esfuerzos ante los camaradas de Madrid para colaborar en el empeño con el ejecutivo del popular y populista Juan Vivas.
Ahora, nos enteramos también, que en la ciudad hermana se construirá una planta de fabricación de biodiesel, con una inversión de más de 56 millones de euros, que reportará 30 nuevos puestos de trabajo. La Comisión de Economía del gobierno Zapatero, aportará una subvención de casi siete millones de euros, en el marco de las ayudas que se establecen para fomentar la actividad económica de las zonas más desfavorecidas del Estado dentro del mapa autonómico.
Mientras todo esto ocurre, aquí en Melilla, andamos todos “tocando palmitas” porque se van a liberar unos solares militares que supuestamente servirán para construir viviendas, especular, o para renovar los clásicos convenios que luego no se cumplen, considerando la incompetencia y nulo entendimiento entre unos y otros, que hace de la colaboración necesaria, prácticamente, una misión imposible.
Esta ciudad tiene un gobierno local –PP- absolutamente funesto y una oposición socialista que roza la calamidad y el esperpento. Calificativos, todos, muy moderados y bondadosos por ser Navidad.
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