El silencio de PP, PSME y CpM ante las propuestas de UPyD para elaborar conjuntamente un compromiso ético que regule el discurso político en la ciudad, evitando la carga de “enfrentamiento y violencia verbal” que últimamente se viene observando, es la confirmación a nuestros temores. Deducimos, que tanto unos como otros, estarían cómodos en un ambiente más crispado, porque en realidad, no saben hacer política de otra manera.
Hemos llegado a la actual situación, como consecuencia de un proceso degenerativo, donde la democracia ha sido arrinconada a favor de planteamientos que rayan el fraude de ley. Es una carrera para ver quién consigue más réditos y ventajas electorales, por eso no quieren acuerdos de ningún tipo e insisten todos los días en las provocaciones mutuas. La absoluta impunidad vivida hasta el momento, en asuntos que habrían merecido investigaciones profundas, han propiciado el aumento y el interés en mantener prácticas “poco democráticas”.
Volveremos a salir en los telediarios y precisamente para cosas nada agradables por las que, seguramente, tendremos que avergonzarnos una vez más. Nosotros, todavía conservamos la esperanza de que impere la responsabilidad, y a través del dialogo, se puedan establecer puntos de encuentro.
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