3/5/08

Un momento ilusionante

Álvaro Ballesteros
(Cooddinador Política Exterior UPyD)

En su artículo “Zapatero no es de fiar”, Manuel Martín Ferrand escribía, el pasado 10 de febrero, lo siguiente: “Frente a un PSOE que se ha quitado de encima a muchos de sus mejores nombres y que lidera un necio, tenemos un PP encabezado por un capricho del dedo índice de José María Aznar y acompañado mayoritariamente por una tropa de funcionarios partitocráticos. No es un momento ilusionante”.
Y lo cierto es que, pasados casi dos meses desde los comicios del 9M, este párrafo sigue estando por desgracia vigente. Por un lado, el PSOE sigue liderado por un autista que se lo debe todo al partido y que ha decidido mantenerse como abanderado del “avestrucismo político”, negando la evidencia de la crisis económica que amenaza con llevarse por delante a muchos españoles y quitándole hierro a cualquier situación de ridículo internacional en la que nos pone este estadista al estilo Cantinflas. Y que conste que le pido disculpas a este gran actor mejicano: qué más quisiera Zapatero que poder compararse con la grandeza humana de don Mario Moreno.
Por el otro lado, el circo inanimado dentro del PP sigue produciendo titulares de culebrón, haciendo que, al menos indirectamente, los españoles sigamos sufriendo en nuestras carnes el legado envenenado de Aznar. El “todo queda atado y bien atado” con el que el líder del PP se despidió de la primera línea política en 2004 sigue pasándole factura a su partido y a todos los que tenemos que sufrir en los medios las pugnas cainitas entre tanto tipo gris alrededor de Rajoy, Aguirre, etc...
En lo que siguen coincidiendo tanto PSOE como PP es en mostrar a los ciudadanos que la falta de planteamientos e ideas nuevas es total; que ambos partidos coinciden en casi todo; y que lo único importante para cada uno es la propia estructura del partido, a la que tanto unos como otros, repito, le deben absolutamente todo. Pero aun así, y con todo lo que nos queda aun por ver y oir, yo discrepo de Manuel Martín Ferrand y me permito decir que el momento sí es ilusionante. Y lo es por muchas razones, pero sobre todo lo es porque cada vez más ciudadanos se vuelven hacia UPyD para mostrar una sonrisa de apoyo. Cada vez son más los ciudadanos que comentan “me equivoqué con mi voto: tenía que haber votado a UPyD”. Cada vez son más los que se afilian a este partido nuevo, transversal, lleno de ilusión. Y cada vez son más los que preguntan: “¿cómo puedo apoyar la labor titánica de Rosa Díez en el parlamento? ¿Cómo puedo contribuir a esta verdadera regeneración democrática?”.
En tan solo unas semanas, la manera de hacer política de Rosa Díez en el Congreso de los Diputados ya ha atraído a un montón de gente a la que se le ha dado, por primera vez, la oportunidad de abrir una ventana al interior del parlamento. La web de UPyD expone cada día las noticias sobre las intervenciones de su primera diputada; sobre las propuestas de futuro de UPyD; y sobre los tejemanejes de los partidos de siempre: enfrascados en el reparto de sillones y subvenciones, tiempos de intervención y portavocías de comisiones. Los “políticos profesionales” que tanto se tiran a degüello, tensionando el día a día de los españoles, se reparten el poder de puertas a dentro con una gran sonrisa, sin apenas discusiones ni sobresaltos, sin grandes diferencias aparentes.
Ante este espectáculo que lleva años fomentando la desconexión entre los ciudadanos y la política, Rosa Díez muestra un video cada semana en el que ella misma explica al público cómo ha transcurrido la semana en el Congreso, cómo se van sentando las bases de la nueva legislatura, permitiéndonos participar de su labor parlamentaria. Al mismo tiempo, UPyD sigue uniendo a cada vez más ciudadanos para hacer frente a los verdaderos desafíos que afectan a la gente, creando grupos de trabajo para compartir ideas, propuestas y planes de futuro, preparando el programa electoral para las elecciones europeas de 2009, impulsando la regeneración de las coordinadoras a nivel regional y provincial, involucrándose cada vez más en aportar alternativas para solucionar los problemas del día a día de los ciudadanos. Aportando ese nuevo mensaje de ilusión, dedicación y compromiso con lo que nos une que la política española necesita tan desesperadamente. Aunando cada vez más voces, devolviendo los “títulos de propiedad” de la política a la gente normal... revitalizando nuestra cansada democracia.

Es por todo ello que vivimos de nuevo un momento ilusionante.



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