Si el destino de Melilla -según se deduce de la pasividad y dejadez del Gobierno PP del Sr. Rajoy e Imbroda- debe ser el de "ciudad esponja" respecto a la inmigración, habría que pedir "valentía política" a nuestros representantes locales, para así, plantarse en Madrid y exigir, cuanto menos, más inversiones y ayudas.
Es lo que, entiendo, debería hacer nuestro Alcalde, si es que de verdad, defiende lo más conveniente y adecuado para los melillenses. Es lo que debería hacer, salvo que no quiera "crear problemas a los suyos" y optar por dar prioridad a sus intereses personales y partidistas.
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