Ya sé que los miembros del PSOE-PSME tienen prohibido pronunciar Unión, Progreso y Democracia por orden de la superioridad. Para los socialistas, UPyD son siglas malditas, y lo entiendo, considerando el pavor y la “tirria” que nos tienen desde que nacimos, pero lo de Dionisio Muñoz –candidato del PSME a la presidencia de la Ciudad Autónoma y secretario general del mismo- ayer en una entrevista de Onda Cero, ha sido el colmo de los ridículos y otro ejemplo más de lo perdidos y “cadavéricos” que están en el PSME.
Muñoz, imitando torpemente a Imbroda, ha querido formar sus dos bloques particulares del “bien y del mal”. En uno, según su exclusiva “teoría conspiranoica”, la derecha recalcitrante –PP, PPL y PDM-; y en otro, los únicos representantes del progresismo en Melilla; o sea, ellos, excluyendo incluso a sus socios de CpM, a los que definió como representantes de los “intereses de los musulmanes”.
El locutor, prudente, esperó unos momentos antes de apuntarle que se había “olvidado de citar a UPyD”, ante lo cual, el socialista reconoció que lo había hecho conscientemente, porque el “partido de Emilio Guerra” –ya saben, les tienen prohibido nombrarnos bajo condena de no salir en la foto- “no tiene nada que hacer con la irrupción del PPL”, ya que considera, en un alarde de calado político, que nuestro posible electorado se iba a nutrir exclusivamente de los “cabreados de Imbroda, ahora cobijados en las siglas del PPL de Ignacio Velázquez”.
Una exposición “lustrosa” –permítanme la ironía- de alguien que quiere esconder su profundo miedo a que los votos, que van a perder de forma segura, puedan recabar en UPyD. Terror, sí, porque bien sabe el Sr. Muñoz y el PSME del marcado carácter progresista de UPyD; bien conoce a nuestra diputada y portavoz Rosa Díez -en otros tiempos compañera de filas- así como a sus ideas y posicionamientos políticos. En definitiva, sabe perfectamente, que quienes formamos UPyD, llegamos desde corrientes liberales, socioliberales y socialdemócratas; que proclamamos la transversalidad y que tenemos en el librepensamiento una fórmula atractiva de hacer política. Así, que esos torpes y “conscientes” olvidos, denotan una simplona maniobra para esconder las grandes debilidades del PSME y la pérdida de credibilidad de su candidatura.
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