Mientras el responsable del SPEE, Arana, cuenta afiliados de alta en la S. Social -como podría contar borreguitos con tal de evitar eludir la gravedad del asunto- en sus oficinas, más de diez mil desesperados guardan cola para sellar y reafirmar oficialmente su desempleo. Horas de calor –el aire acondicionado no funciona, pero en el despacho de Arana, sí- para quienes el bochorno y la desesperanza se hacen aún más horribles al pasar por ese trago.
En Madrid, Zapatero, sigue pagando vasallaje a los nacionalistas y mendigando votos para seguir en la poltrona del poder. Recorta nuestros presupuestos en inversiones y retrasa los Planes de Empleo.
En Melilla, el ayuntamiento gasta, porque dice Frías que está saneado y aquí no hay crisis; Robles, nos vende sus maravillosas motos acuáticas; Mateo, sigue hablando de Saidia; Lence, de su página web, y la senadora Dueñas –dice estar muy cansada- con la manida cantinela de que Melilla es España. Menos mal que “el amo altruista de las casetas de Feria y otros saraos”, alega que para calmar al populacho, en prueba de la magnificencia de las políticas sociales y progresistas del PP, montará un cine en la playa y traerá a la Pantoja ¿Y Imbroda? ¿Dónde está Imbroda en este paisaje azul de epopeya?
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