5/7/10

Odio eterno


Imbroda, “amenaza” con continuar diez años más, tras la reciente “cena-aclamación” de sus incondicionales. Es lógico que la euforia le embargue, porque el horizonte político le sigue siendo favorable, salvo sorpresas de última hora.
Sinceramente, creo que lleva demasiado tiempo aferrado a los tentáculos del poder, algo que en una ciudad tan pequeña y con tanto presupuesto a gestionar, obnubila y acaba confundiendo. Siempre pasa igual, al final, tratan de prolongar el mandato de modo vitalicio, convirtiendo la posterior sucesión en hereditaria, pero eso no es nuevo, forma parte de la historia del hombre.
En Melilla, ya saben ustedes que no se hace política desde que los líderes de PP, PSOE y CpM “se juraron odio eterno”, como en su día, hizo el general cartaginés Aníbal con los romanos.
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Aquí, se insultan, mienten, desacreditan, despellejan y querellan, como armas de uso y destrucción convencional. Después, se especula con las miserias de los desfavorecidos en sus múltiples variantes, se apela al miedo colectivo y se incita a la radicalidad a través de los patrones más siniestros y tenebrosos.
La provocación, casi siempre utilizando una violencia verbal chabacana y despectiva, es utilizada como factor de movilización de masas, pretendidos votantes, a quienes buscan con denodado interés cercanos los refrendos electorales. Un poema, un trágico enjambre de versos envenenados que hieren y dejan en muchos casos secuelas insuperables.
Mientras no exista una renovación consecuente, y aquellos que ahora se obcecan y atragantan abran paso a personas con otras actitudes, será imposible el progreso, será inviable una ciudad que mire al futuro con optimismo y cierta seguridad.

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