1/7/10

Alarma


Oír hablar a los asalariados de Imbroda en el Gobierno, sería divertido si no fuese porque son muchas las personas y familias que están pasando penurias, cuando ellos, se dedican a gastar en chorradas diversas mientras sacuden la exclusiva responsabilidad del paro a Zapatero.
Para estos pésimos y lamentables gestores de lo público, un par de cursitos de PROMESA, es algo así como “el no va más” de las políticas sociales y progresistas. Según la teoría del “gran gurú” de la economía local -el consejero Frías- el ayuntamiento de Melilla tiene un “gran remanente”, pero imaginamos, que parte del mismo se destina a eventos y fanfarrias -además de grandes comilonas- de las que son, auténticos especialistas. Nada queda, por tanto, para luchar contra el desempleo y la pobreza, porque no es su competencia.
Les voy a poner un pequeño ejemplo. Fíjense ustedes en las apariciones estelares del consejero de Deportes, porque en todas, el argumento de fondo es el reparto de subvenciones -a sus antojos, claro- y es que no saben hacer otra cosa, porque confunden administrar, gestionar y gobernar, con el prorrateo clientelar -entre los sumisos y los que se portan bien- de buena parte del presupuesto asignado.
Asustados están en el PP al respecto de los importantes Planes de Empleo que quiere poner en marcha el gobierno Central –cerca de las elecciones, por supuesto- Y tienen el miedo en el cuerpo, porque ante una oferta tan significativa de trabajo, que daría un vuelco al escenario laboral de la ciudad, poco pueden hacer sus tipicos cursitos de alfabetización, vales de alimentos o limosnas variadas. Las alarmas se han encendido en la calle Roberto Cano.

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