Con los egoísmos, avaricias y obsesiones de poder que actualmente impera entre la clase política melillense, estamos abocados al fracaso y a un mayor empobrecimiento de nuestra ciudad, donde ya mucha gente las está pasando “canutas”. Desde UPyD, no pedimos la Luna. Se trata, simplemente, de exigir a quienes nos representan, que gestionen con sensatez los recursos de la ciudadanía.
Con el dinero que derrocha y dilapida el Ayuntamiento, y el que recibimos de la administración Central y de Europa, podríamos tomar medidas conjuntas y eficientes para hacer la vida mucho más fácil a todos. ¿Es pedir tanto?
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