22/10/09

Nuestras verguenzas


Hablar de pobreza en Melilla, es como predicar en el desierto. No vende. Está claro que es más cómodo discutir sobre las hazañas del “follonero” y del enfadado monumental de Imbroda -por lo mal parado que salió su campo de golf en el reportaje-, que de esas miles de familias melillenses, que según el informe del INE, están bajo el umbral de la pobreza.
Claro, que si le hacemos caso a la consejera de Bienestar Social, “en Melilla no hay pobres, porque los que están en la calle, tirados como colillas, apostados en los árboles, son de Marruecos”, y esos, por lo visto, no cuentan.
La realidad social de esta querida ciudad, es la que es, por mucho que se esfuercen en distorsionarla o en disimular sus verguenzas. Necesitamos políticas progresistas; hay que darle unas "vacaciones indefinidas" a la oligocracia que asfixia a este pueblo.

1 comentario:

  1. Anónimo23/10/09

    Sr. Guerra, sin en esta ciudad hubieran gobernado políticos como usted, sin lugar a dudas viviríamos en otra era, una era donde primaría el servicio al ciudadano, una era donde se practicaría la gestión de los recursos de forma eficiente, porque este servicio al ciudadano se presta con el dinero de todos, y esto al parecer a usted le importa, o al menos, le importa mucho más que a otros gobernantes. Los graduados escolares que se acoplan al mundo de la política, han arruinado el futuro de esta ciudad, pero este es el juego de la democracia, están ahí porque este pueblo (facha!?) les ha puesto ahí con su voto, esto último también cuestionable por cierto (compra de votos??).

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