Emilio Guerra
Imbroda, se empeña en defender a capa y espada al desprestigiado e impopular Arturo Esteban. Sigue hablando de la magnífica y más moderna Estación Marítima; continua con la cantinela de que ellos no son responsables de nada y que es normal que se vuele un techo de 23 millones de euros cuatro veces inaugurado, que ahora precisa de reparaciones varias para que soporte “huracanes intergalácticos de 500 Km/h”. Sin embargo, está muy interesado en conocer al culpable de la rotura de una ventana en un colegio, acaecida el famoso día de la ventisca. Parece una broma, pero en eso convierten la política algunos.
Imbroda, no cree necesario remodelar su pésimo, incapaz e inoperante ejecutivo porque los considera “súper eficaces” y además, porque tiene una mayoría que le permite hacer lo que le pase por sus antojos; o sea, lo que actualmente hace.
Está claro, al menos para mí, que al Alcalde le importa poco el futuro del PP melillense y toda la organización local de un partido que adquirió en propiedad por un descompensado trueque. Se ha creído a pie juntillas, en un ataque de egolatría, que él es el progreso y la modernidad, llamando “cutres y arcaicas” a las huestes socialistas, o tratando con inusitado desdén a CpM. Imbroda yerra, pierde sensibilidad y ese toque de oportunismo que le distinguía como político ventajista. Verá caer con dolor lo que considera su “obra”. Sólo es cuestión de tiempo.
Imbroda, se empeña en defender a capa y espada al desprestigiado e impopular Arturo Esteban. Sigue hablando de la magnífica y más moderna Estación Marítima; continua con la cantinela de que ellos no son responsables de nada y que es normal que se vuele un techo de 23 millones de euros cuatro veces inaugurado, que ahora precisa de reparaciones varias para que soporte “huracanes intergalácticos de 500 Km/h”. Sin embargo, está muy interesado en conocer al culpable de la rotura de una ventana en un colegio, acaecida el famoso día de la ventisca. Parece una broma, pero en eso convierten la política algunos.
Imbroda, no cree necesario remodelar su pésimo, incapaz e inoperante ejecutivo porque los considera “súper eficaces” y además, porque tiene una mayoría que le permite hacer lo que le pase por sus antojos; o sea, lo que actualmente hace.
Está claro, al menos para mí, que al Alcalde le importa poco el futuro del PP melillense y toda la organización local de un partido que adquirió en propiedad por un descompensado trueque. Se ha creído a pie juntillas, en un ataque de egolatría, que él es el progreso y la modernidad, llamando “cutres y arcaicas” a las huestes socialistas, o tratando con inusitado desdén a CpM. Imbroda yerra, pierde sensibilidad y ese toque de oportunismo que le distinguía como político ventajista. Verá caer con dolor lo que considera su “obra”. Sólo es cuestión de tiempo.
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