Emilio Guerra, coordinador de Unión, Progreso y Democracia en Melilla, ha calificado el Pleno de la Asamblea de hoy y las correspondientes Juntas Generales, de auténtica “pantomima” que atenta contra la moralidad democrática de cualquier pueblo que se precie. El dirigente local del partido de Rosa Diez, dijo sentirse avergonzado, como ciudadano, de la imagen que dieron nuestros diputados, que se embolsaron unos 600 euros por cabeza en la sesión –sumado el pleno y las juntas- y que no abrieron la boca tan siquiera. En escasos 10 minutos, matizó, sólo se oyó al secretario para pedir la aprobación de las actas anteriores y al alcalde Imbroda pedir que constara una felicitación a la Federación Española de Fútbol por la victoria de la selección.
Los melillenses, continuaba Guerra, deben saber que el Pleno de trámite, donde todos tenían prisa para ir a tomar café, como así ocurrió a los pocos minutos, ha costado al erario público, aproximadamente, más de 12.000 euros. Los diputados, esos que dicen representar al pueblo, en un ratillo, por el simple hecho de estar presentes, se han llevado a casa el salario mínimo interprofesional de cualquier sufrido trabajador de este país, el que deben sudar y justificar 40 horas semanales para ganárselo en un mes.
Mientras ellos continúan con el juego de las hipocresías políticas y la ineptitud más bochornosa, los melillenses seguimos sufriendo una ciudad sucia y desatendida después del millón y medio de euros añadidos al contrato de la limpieza, supuestamente para una mejora en la calidad del servicio, o unas tarifas aéreas desorbitadas, que con el despliegue de una propaganda que no se ajusta a la realidad, pretenden hacernos tragar con ruedas de molino.
A pesar de las duras críticas que el PP local hace continuamente sobre la gestión económica de Zapatero y de las bondades de las medidas correctoras que el PP propone, en UPyD, concretaba Guerra, seguimos esperando que el Gobierno Imbroda ponga en práctica alguna de esas medidas en Melilla ¿o aquí no hay crisis? se preguntaba.
El líder de UPyD, concretó también, al respecto de las playas del litoral y de la zona de los acantilados de Aguadú, donde al parecer, nadie se ocupa de mantener un hermoso entorno, mínimamente decente para su uso y disfrute. Hay residuos y basuras de todas clases, subrayaba. La cala de la Ensenada de los Galápagos sigue cerrada, cuando se han gastado una fortuna en rehabilitarla y no digamos ya la supuesta playa ganada al mar en los antiguos acantilados de la incineradora. La gestión política de nuestros gobernantes, es sencillamente deprimente y algo que todo el mundo puede comprobar porque salta a la vista, dijo Guerra.
Los melillenses, continuaba Guerra, deben saber que el Pleno de trámite, donde todos tenían prisa para ir a tomar café, como así ocurrió a los pocos minutos, ha costado al erario público, aproximadamente, más de 12.000 euros. Los diputados, esos que dicen representar al pueblo, en un ratillo, por el simple hecho de estar presentes, se han llevado a casa el salario mínimo interprofesional de cualquier sufrido trabajador de este país, el que deben sudar y justificar 40 horas semanales para ganárselo en un mes.
Mientras ellos continúan con el juego de las hipocresías políticas y la ineptitud más bochornosa, los melillenses seguimos sufriendo una ciudad sucia y desatendida después del millón y medio de euros añadidos al contrato de la limpieza, supuestamente para una mejora en la calidad del servicio, o unas tarifas aéreas desorbitadas, que con el despliegue de una propaganda que no se ajusta a la realidad, pretenden hacernos tragar con ruedas de molino.
A pesar de las duras críticas que el PP local hace continuamente sobre la gestión económica de Zapatero y de las bondades de las medidas correctoras que el PP propone, en UPyD, concretaba Guerra, seguimos esperando que el Gobierno Imbroda ponga en práctica alguna de esas medidas en Melilla ¿o aquí no hay crisis? se preguntaba.
El líder de UPyD, concretó también, al respecto de las playas del litoral y de la zona de los acantilados de Aguadú, donde al parecer, nadie se ocupa de mantener un hermoso entorno, mínimamente decente para su uso y disfrute. Hay residuos y basuras de todas clases, subrayaba. La cala de la Ensenada de los Galápagos sigue cerrada, cuando se han gastado una fortuna en rehabilitarla y no digamos ya la supuesta playa ganada al mar en los antiguos acantilados de la incineradora. La gestión política de nuestros gobernantes, es sencillamente deprimente y algo que todo el mundo puede comprobar porque salta a la vista, dijo Guerra.
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