5/2/08

El poder de los nacionalistas

Fuentes: Diario Sur digital
Infomelilla


El coordinador y candidato al Congreso de los Diputados de Unión, Progreso y Democracia en Melilla, Emilio Guerra, considera fundamental para la buena y eficaz gobernabilidad del país, atemperar la gran importancia e influencia que ahora tienen las formaciones nacionalistas a la hora de establecer pactos o alianzas con PP o PSOE. Alguien puede pensar, aclaraba Guerra, que estamos en contra de los partidos nacionalistas y no es cierto, se trata simplemente de establecer un modelo que no otorgue a dichos grupos minoritarios parcelas de poder que por representación no le corresponden.
Independientemente de los resultados del 9 de marzo, salvo que UPyD lograse un número de parlamentarios con suficiente fuerza como para “contar” a la hora de establecer alianzas; tanto Rajoy como Zapatero, si quieren encontrar los apoyos necesarios para alcanzar la Moncloa, se verán obligados y sometidos a la presión desproporcionada y chantaje nacionalista. “Seguiremos en la misma situación durante cuatro años más, viendo como el Estado se deshace y consume ante nuestros ojos”, continuaba el líder upedista local, soportando arbitrariedades, injusticias y desigualdades entre las distintas comunidades autónomas y por lo tanto entre sus ciudadanos”.
Los objetivos de las dos grandes fuerzas políticas son el deseo desproporcionado de alcanzar el poder al “precio de sea”. Ya no saben qué ofrecer al ciudadano, el mercadeo y la especulación es tan vulgar que incluso llegan a propuestas absolutamente humillantes para el ciudadano. Nada se dice, sin embrago, de los grandes temas que están arruinando democráticamente a este país y que la sociedad reclama como prioritarios. Cuando tenemos más de dos millones de parados, Zapatero habla de pleno empleo sin sonrojarse y sus candidatos por Melilla, se enfrascan en una pelea absurda con el Partido Popular sobre quién tardará menos tiempo en agilizar los trámites administrativos para la creación de una empresa, como si eso fuese trascendental para quién, por ejemplo, está en el paro.
El gobierno socialista del Sr. Rodríguez Zapatero no ha sabido gestionar una crisis económica que se veía venir, durmiéndose en los laureles pasados. Cierto es que muchos de sus aspectos son coyunturales dentro de un sector totalmente globalizado, pero tampoco se ha sabido prevenir y establecer medidas correctoras a fin de que el impacto no fuese tan demoledor, que como siempre tendrán que soportar las clases más desfavorecidas.
En cuanto al terrorismo, qué podemos decir, concluía Emilio Guerra, de un presidente de ha engañado a los españoles en multitud de ocasiones negociando con los terroristas de ETA incluso después del atentado de la T-4 de Madrid. Qué podemos decir al resto de la ciudadanía que vio con estupor como el asesino etarra De Juana Chaos se paseaba tranquila e impunemente por San Sebastián o como se permitía a los partidos pro-batasunos Acción Nacionalista Vasca y PCTV entrar en las instituciones y verse beneficiados, posteriormente, con más de siete millones de euros en ayudas y subvenciones, con cargo al erario público, que finalmente pagamos todos los españoles de nuestros impuestos. Se hace muy difícil que confiemos en alguien así.


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