3/12/07

ETA


Emilio Guerra


De nuevo la banda terrorista ETA ha vuelto a matar, llevando la tragedia a unas familias que han ofrecido en sacrificio lo mejor de sus hogares –sus hijos- al servicio de la comunidad, al servicio de todos los españoles. Los etarras lo han hecho como siempre, con cobardía, de forma miserable y ruin, una etiqueta o rasgo que los define como abominables ante cualquier sociedad civilizada.
El sentimiento generalizado de repulsa ha sido palpable, contundente, pero como siempre, tiene que haber muertos para que la conciencia política actúe con ciertos “gramos” de coherencia. Los socialistas, que criticaban la pasada manifestación convocada por la Asociación de Victimas del Terrorismo, tildándola de inoportuna y apelando a erróneo criterio de llevar muchos meses sin atentados, se tropiezan ahora con el doloroso sobresalto de lo que Alfredo Pérez Rubalcaba consideró una “casualidad”, refiriéndose al desenlace del encuentro, en territorio francés, entre los dos jóvenes guardias civiles –desarmados- y los asesinos de ETA, cuando finalmente se ha confirmado que dicho comando pretendía entrar a España con un vehículo cargado de explosivos.

Unión Progreso y Democracia, exige al gobierno de la nación algo más que palabras y condenas. La política antiterrorista llevada a efecto por el presidente Rodríguez Zapatero ha sido un auténtico disparate, porque lejos de aunar esfuerzos ha dividido a los españoles, ha facilitado con ello el rearme moral y estratégico de la banda, ahora presente incluso en las instituciones vascas, para mayor escarnio de la ciudadanía española.
El PSOE rompió el Pacto Antiterrorista anterior que tan buenos frutos cosechaba y cayó en la trampa de la negociación. Por destrozar, acabó incluso con cualquier posibilidad de pactos de estado en asuntos de interés general, siendo el único país europeo que carece de tales acuerdos, lo que deja evidencia clara la ruptura existente entre las fuerzas políticas, y así, es imposible actuar con un mínimo de eficacia ante los grandes problemas de carácter nacional.
En el colmo del despropósito y la incongruencia política, el Partido Socialista, estableció alianzas cediendo al chantaje nacionalista; acuerdos de Estado, precisamente con partidos que no creen en la actual configuración de ese Estado y que reiteran una y otra vez su carácter independentista.
En el funeral del guardia civil Raúl Centeno, no había ningún miembro de los partidos nacionalistas con representación parlamentaria. Ya es hora que Zapatero” revise su listado de socios” y reconduzca su política en términos de unidad; la misma que se recoge en el ordenamiento constitucional y que los socialistas han quebrado en la actual legislatura una y mil veces, dejando una España rota y fragmentada.
Hay motivos más que suficientes para establecer criterios conjuntos, encaminados a conseguir la derrota total de ETA, para lograr su deslegitimación, para impedir sus malvados objetivos. Hay que sentarse de nuevo y configurar una táctica global por encima de colores partidistas o pretensiones electorales. En definitiva, tenemos que poner cordura y sentido común, elaborando una política antiterrorista con continuidad en el tiempo, gobierne quien gobierne; el mismo tiempo que sea necesario para acabar con una lacra que amenaza gravemente la democracia y la libertad de todos los ciudadanos españoles.

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