Cargando las pilas

Me encontré a la salida del Teatro Alcázar, entre el tumulto, con mi compañero de Baleares Juan Luis Calbarro. Apenas pude extender el brazo para saludarle y cruzar dos palabras: “aquí estamos, recargados de energía”, me gritó como única manera de hacerme llegar su mensaje, perdiéndose de inmediato entre la gente. La frase lo define todo, porque ilusiona y llena de esperanza comprobar como los ciudadanos se sienten cada vez más identificados y comprometidos con el proyecto de UPyD, y eso, estimula aún más a quienes tenemos la enorme responsabilidad e inmenso honor de llevar la voz de la regeneración e higiene democrática a las instituciones de este país, a través de una organización joven, dinámica y repleta de sanas intenciones.
Un foro lleno hasta la bandera, donde se dieron cita muchos ciudadanos comprometidos que han decidido abandonar el conformismo y dejar la crítica de sofá para salir a la calle y defender aquellas ideas que UPyD lleva en su ADN, como son lucha contra la partitocracia y hacer que el ciudadano recupere el control sobre la clase oligárquica dirigente. El color magenta inundaba el patio de incondicionales con sus camisetas, “parece una tarta” decía un candidato en su discurso, pero había muchísima gente que se acercó a conocernos. Detrás de mí, una pareja comentaban, y la chica decía al chico: “Luis, tenemos que afiliarnos, esta gente habla nuestro idioma”.
La desgracia que sufre España, es consecuencia de muchos factores, pero para mí, la principal es la corrupción masiva dentro de un sistema que carece de elementos efectivos de control y fiscalización, porque cuatro “trileros ventajistas”, a través de la ingeniería legal, se han encargado de hacerlo saltar por los aires para servir a sus intereses. A lo que hay que sumar, para mayor calamidad, un estado de las autonomías convertido en feudos y cortijos particulares de sucesión hereditaria familiar en muchos casos, donde la impunidad campa a sus anchas y la clientela aprovechada forma una casta especial, beneficiaria de todos los privilegios. O cambiamos esta España, o pronto quedará arrasada como un solar.