Hay quién cree que hablar de libertad y democracia pertenece a tiempos pretéritos. Hay quién cree que tenemos un discurso abstracto e indefinido porque no entienden lo que significa la transversalidad. Son muchos lo que piensan que la alternancia y el bipartidismo es el único modelo; aunque también otros, están muy satisfechos con quienes gobiernan y cómo lo hacen.
Conforme pasan los días, a quienes hablamos de UPyD en Melilla, se nos hace más complejo atravesar las barreras de la somnolencia y del sometimiento. En el año 2007, comenzamos nuestra andadura con la aquiescencia generosa de quienes pensaban que éramos una simple e inofensiva anécdota que se difuminaría con el primer temporal de Levante.
A meses de las elecciones municipales de 2011, aquí seguimos. Cierto es que con muchas brechas colocadas intencionadamente en el camino; distancias y muros que nos obligan a multiplicar esfuerzos en un combate desigual. Nuestra voz está calando y eso asusta; tendremos que elevar el tono, gritar fuerte para que el pueblo siga oyendo un mensaje fresco de libertad y democracia.
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