La Comisión de Festejos más atípica y anómala de los municipios españoles, compuesta por dos personas; que dicen trabajar altruistamente; que no forman parte del gobierno de la ciudad; tampoco son empleados públicos, concejales o diputados. En fin… que nadie sabe muy bien qué hacen y cómo, de quién dependen, y si es que tienen que darles cuentas a alguien. Pues bien, los descritos -Pepe Imbroda y su colaborador- dispondrán este año de 200.000 euros –pecata minuta- para los fastos carnavalescos, a lo que habrá de sumarse, imagino, los gastos en bombillas y ornamentos, esos que pagamos todos los años a precio de uranio enriquecido.
Mientras tanto, pues ya saben, los populares de Melilla, clamando en el Cielo contra el demonio de Zapatero, para que deje de gastar y ponga en marcha políticas de austeridad y control. ¡Manda huevos!
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