No estaría mal que los partidos políticos comenzaran a dialogar sobre la incidencia y posible utilización en “fraude de ley” del voto por correo que se recoge en la normativa electoral vigente.
Ya lo denunció UPyD, incluso antes de las elecciones generales de 2008. Se veía venir, y los datos al final fueron realmente escandalosos –más de cinco mil- en una ciudad donde tenemos los colegios electorales a la vuelta de la esquina. No hay proceso donde Melilla deje de salir en los telediarios y los llamados “pucherazos” salten a las primeras planas. Todo el mundo sabe que aquí se hace un uso indebido y posiblemente fraudulento de la Ley Electoral, pero siempre se corrió un “tupido velo”. Nunca se abrieron comisiones de investigación –no interesan a nadie- ni tampoco las acciones judiciales fueron más allá, entre otras cosas, porque es difícil demostrar lo que se puede hacer en casa, de manera indirecta o incluso de forma subliminal.
Mustafa Aberchán, ahora, pide que se trate el tema en la Asamblea. Nunca es tarde para hacer exámenes de conciencia, aunque me temo, poco se conseguirá donde es preciso mucho talante democrático, salvo que se modifique la ley en ese aspecto, y eso, lleva su tiempo. Mientras, algunos ya se frotan las manos para el 2011, porque seguirán explotando impunemente lo que consideran un caladero de votos fáciles e inagotables.
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