El alcalde se queja de olvido. Habla de “afrenta”, porque Rodríguez Zapatero no le ha llamado con el asunto de la financiación autonómica, y eso que se las “prometía muy felices” cuando la visita de Manuel Chaves. Su gozo, en un pozo. Pero conste que Elena Salgado lo llamó, lo que pasa es que Imbroda “estaba navegando”.
Al margen de posteriores análisis, una vez se sepa a ciencia cierta, la limosna que el PSOE tiene destinada a Melilla, después de haber claudicado ante los separatistas de ERC en Cataluña, debo reafirmarme en aquello que ya dije del “blandiblup”. Imbroda, hace tiempo que lleva el “paso cambiado”, porque vive en otro mundo, respira aires diferentes y levita en un pernicioso interés.
Lejos. El regidor “marinero”, está a “años luz” de lo que realmente importa a los ciudadanos.
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