Emilio Guerra
El país está que da pena y debo reconocer que causan pavor determinadas actitudes y comportamientos de la clase regente instalada en la oligarquía que nos asola, ya sea en su vertiente local o nacional, porque en el fondo, poco importa si tienen distinto rasgo o color político. Hace tiempo que unos y otros abandonaron otra cosa que no sea acaparar poder. Tienen los mismos fines, objetivos y prácticas, no hay diferencias entre ellos; el ciudadano sólo es el pretexto.
Cuando se acercan elecciones, es cuando observamos con toda su crudeza hasta dónde son capaces de llegar. Denuncias, corruptelas sin fin, espectáculos bochornosos como el de la cacería del ministro de Justicia, y lo que es peor, lo que me preocupa enormemente: la utilización parcial de los resortes de las administraciones como instrumento de manipulación, coacción y ventaja. Estamos haciendo trizas la libertad y el Estado de Derecho. O le ponemos freno o acabaremos pagándolo muy caro.
El país está que da pena y debo reconocer que causan pavor determinadas actitudes y comportamientos de la clase regente instalada en la oligarquía que nos asola, ya sea en su vertiente local o nacional, porque en el fondo, poco importa si tienen distinto rasgo o color político. Hace tiempo que unos y otros abandonaron otra cosa que no sea acaparar poder. Tienen los mismos fines, objetivos y prácticas, no hay diferencias entre ellos; el ciudadano sólo es el pretexto.
Cuando se acercan elecciones, es cuando observamos con toda su crudeza hasta dónde son capaces de llegar. Denuncias, corruptelas sin fin, espectáculos bochornosos como el de la cacería del ministro de Justicia, y lo que es peor, lo que me preocupa enormemente: la utilización parcial de los resortes de las administraciones como instrumento de manipulación, coacción y ventaja. Estamos haciendo trizas la libertad y el Estado de Derecho. O le ponemos freno o acabaremos pagándolo muy caro.
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