Emilio Guerra
Después del lamentable espectáculo dado por nuestros representantes en la Asamblea melillense, convertida en circo permanente, donde se insulta y pisotea a la democracia, quedo más convencido en la urgente necesidad de un partido como UPyD.
El Pleno era de trámite, se iba a aprobar la concesión de placas al mérito social; algo que es triste se tenga que llevar a votación –en tres ocasiones- porque se supone que debe haber consenso donde están implicados personas e instituciones de prestigio que deben quedar fuera de la confrontación y debate político. La cuestión, debería haberse dilucidado en la correspondiente Comisión, pero para eso hay que trabajar y ganarse el sueldo.
Flaco favor hicieron esos torpes políticos -que dicen representarnos- a los propuestos. Por dignidad, casi les están obligando a rechazar tal reconocimiento en esas pésimas condiciones.
Entre bromas y chanzas, aderezadas con las risas de los palmeros asalariados de turno; Imbroda, incluso dijo estar “sordo”, en clara alusión a no tener mucho interés en escuchar los argumentos de la oposición, discurso perfectamente hilvanado por Dionisio Muñoz, con el que podremos estar de acuerdo o no, pero al que hay que otorgar lógica y coherencia.
Las fuerzas políticas representadas en la Asamblea, de nuevo perdieron miserablemente el tiempo, cobraron dietas por su asistencia y dieron una imagen pública de ineficacia e incompetencia. Si no somos capaces de ponernos de acuerdo para entregar, unos ya devaluados galardones, crudo lo tenemos los melillenses si estamos esperando de ellos medidas para solucionar los graves problemas que nos afectan.
Después del lamentable espectáculo dado por nuestros representantes en la Asamblea melillense, convertida en circo permanente, donde se insulta y pisotea a la democracia, quedo más convencido en la urgente necesidad de un partido como UPyD.
El Pleno era de trámite, se iba a aprobar la concesión de placas al mérito social; algo que es triste se tenga que llevar a votación –en tres ocasiones- porque se supone que debe haber consenso donde están implicados personas e instituciones de prestigio que deben quedar fuera de la confrontación y debate político. La cuestión, debería haberse dilucidado en la correspondiente Comisión, pero para eso hay que trabajar y ganarse el sueldo.
Flaco favor hicieron esos torpes políticos -que dicen representarnos- a los propuestos. Por dignidad, casi les están obligando a rechazar tal reconocimiento en esas pésimas condiciones.
Entre bromas y chanzas, aderezadas con las risas de los palmeros asalariados de turno; Imbroda, incluso dijo estar “sordo”, en clara alusión a no tener mucho interés en escuchar los argumentos de la oposición, discurso perfectamente hilvanado por Dionisio Muñoz, con el que podremos estar de acuerdo o no, pero al que hay que otorgar lógica y coherencia.
Las fuerzas políticas representadas en la Asamblea, de nuevo perdieron miserablemente el tiempo, cobraron dietas por su asistencia y dieron una imagen pública de ineficacia e incompetencia. Si no somos capaces de ponernos de acuerdo para entregar, unos ya devaluados galardones, crudo lo tenemos los melillenses si estamos esperando de ellos medidas para solucionar los graves problemas que nos afectan.
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