Emilio Guerra
Hace ya tanto tiempo, que casi cuesta trabajo recordar. Sin embargo, creo que fue por el año 1987 cuando comencé a colaborar con la prensa –escrita, radio y posteriormente televisión- dejando mis comentarios sobre el deporte y muy concretamente sobre el baloncesto. De manera, que muchas muestras hay en las hemerotecas sobre opiniones y juicios de entonces.
Llega a mi alcance, por ejemplo, un artículo publicado en el diario Melilla-Hoy el 2 de junio de 1994, donde hacía constar la contrariedad del entonces alcalde, Ignacio Velázquez, del PP, por los pobrísimos resultados del deporte escolar melillense, el cual, expresaba su firme voluntad de someter a estudio nuevos planteamientos, a fin de mejorar el escaso rendimiento obtenido.
Decía yo, osado y atrevido, -en unas fechas donde tenía bastante limitados los derechos civiles- que “el parcheo chabacano y la improvisación, amén de una frivolidad peligrosa, eran las constantes de las esferas políticas dirigentes, sin planificación y coherencia”. No había entonces, ni hay ahora tampoco, ningún rencor o inquina personal hacia nadie; sólo expresaba -con respeto- lo que pensaba, idéntico por cierto, que en estos momentos con otros actores.
Pero envalentonado, el 6 abril del mismo año -1994- arremetía ya contra la irreflexiva solución de las autoridades, de otorgar subvenciones a clubes deportivos –escolares- que debían constituirse a toda prisa, sin una mínima planificación técnica, control o información en los centros; sin poner en manos de especialistas o profesionales la gestión y desarrollo de las soluciones adecuadas. “Esto no es como antes, incidía, “ya no se trata de dar patadas a un balón de modo indiscriminado”, remataba.
En fin, como habrán comprobado, transcurridos casi 15 años de aquellas viejas opiniones y después de aglutinar muchas experiencias como técnico en algunas facetas del deporte melillense –por desgracia, nunca pude hacerlo como gestor político, pero ahora estoy en ello-, sigo con la misma cantinela, fiel a mis principios y con idénticas críticas argumentales; entre otras cosas, porque los calamitosos administradores que hemos tenido o venimos sufriendo, como castigo, a lo largo de estos años, han sido incapaces de afrontar una problemática que no ha variado un ápice desde entonces. Es tópica ya la frase del Sr. Francisco Robles: “el deporte escolar es una asignatura pendiente”; pero no mueve un pelo para arreglarlo, porque ni quiere, ni sabe, ni le importó nunca, de ahí su incompetencia.
Entre actos, más de la mitad del presupuesto de Deportes se va en subvenciones a equipos profesionales, algo que no sería del todo criticable por la opinión pública si estuviesen atendidos debidamente, con una dotación similar, los escolares y centros melillenses. Sólo tienen que preguntar ustedes, de manera íntima, eso sí, a cualquier profesional de la Educación Física, Maestro o Técnico Deportivo con experiencia, qué avances hemos tenido en estos años, qué planes ha puesto en marcha la Consejería y cuáles han sido sus logros y mejoras en el área educativa.
Nuestro deporte base o de cantera, vive a años luz de cualquier otra población peninsular, que a buen seguro, no tiene ni por asomo el presupuesto que maneja el Sr. Robles; y ese es en definitiva el problema, porque desde las esferas del poder, siempre se trató el deporte como asunto menor; de acompañamiento, ocio y reducto -supuestamente olvidado por la oposición-, fuera de cierto control, sin orgánica conocida. Diez millones de euros, son muchos euros para gestionarlos caprichosamente, y también son muchos los niños de nuestros colegios que merecerían mayor diligencia y atención de aquellos que tienen la responsabilidad y obligación de hacerlo, pero que jamás lo intentaron tan siquiera.
Hace ya tanto tiempo, que casi cuesta trabajo recordar. Sin embargo, creo que fue por el año 1987 cuando comencé a colaborar con la prensa –escrita, radio y posteriormente televisión- dejando mis comentarios sobre el deporte y muy concretamente sobre el baloncesto. De manera, que muchas muestras hay en las hemerotecas sobre opiniones y juicios de entonces.
Llega a mi alcance, por ejemplo, un artículo publicado en el diario Melilla-Hoy el 2 de junio de 1994, donde hacía constar la contrariedad del entonces alcalde, Ignacio Velázquez, del PP, por los pobrísimos resultados del deporte escolar melillense, el cual, expresaba su firme voluntad de someter a estudio nuevos planteamientos, a fin de mejorar el escaso rendimiento obtenido.
Decía yo, osado y atrevido, -en unas fechas donde tenía bastante limitados los derechos civiles- que “el parcheo chabacano y la improvisación, amén de una frivolidad peligrosa, eran las constantes de las esferas políticas dirigentes, sin planificación y coherencia”. No había entonces, ni hay ahora tampoco, ningún rencor o inquina personal hacia nadie; sólo expresaba -con respeto- lo que pensaba, idéntico por cierto, que en estos momentos con otros actores.
Pero envalentonado, el 6 abril del mismo año -1994- arremetía ya contra la irreflexiva solución de las autoridades, de otorgar subvenciones a clubes deportivos –escolares- que debían constituirse a toda prisa, sin una mínima planificación técnica, control o información en los centros; sin poner en manos de especialistas o profesionales la gestión y desarrollo de las soluciones adecuadas. “Esto no es como antes, incidía, “ya no se trata de dar patadas a un balón de modo indiscriminado”, remataba.
En fin, como habrán comprobado, transcurridos casi 15 años de aquellas viejas opiniones y después de aglutinar muchas experiencias como técnico en algunas facetas del deporte melillense –por desgracia, nunca pude hacerlo como gestor político, pero ahora estoy en ello-, sigo con la misma cantinela, fiel a mis principios y con idénticas críticas argumentales; entre otras cosas, porque los calamitosos administradores que hemos tenido o venimos sufriendo, como castigo, a lo largo de estos años, han sido incapaces de afrontar una problemática que no ha variado un ápice desde entonces. Es tópica ya la frase del Sr. Francisco Robles: “el deporte escolar es una asignatura pendiente”; pero no mueve un pelo para arreglarlo, porque ni quiere, ni sabe, ni le importó nunca, de ahí su incompetencia.
Entre actos, más de la mitad del presupuesto de Deportes se va en subvenciones a equipos profesionales, algo que no sería del todo criticable por la opinión pública si estuviesen atendidos debidamente, con una dotación similar, los escolares y centros melillenses. Sólo tienen que preguntar ustedes, de manera íntima, eso sí, a cualquier profesional de la Educación Física, Maestro o Técnico Deportivo con experiencia, qué avances hemos tenido en estos años, qué planes ha puesto en marcha la Consejería y cuáles han sido sus logros y mejoras en el área educativa.
Nuestro deporte base o de cantera, vive a años luz de cualquier otra población peninsular, que a buen seguro, no tiene ni por asomo el presupuesto que maneja el Sr. Robles; y ese es en definitiva el problema, porque desde las esferas del poder, siempre se trató el deporte como asunto menor; de acompañamiento, ocio y reducto -supuestamente olvidado por la oposición-, fuera de cierto control, sin orgánica conocida. Diez millones de euros, son muchos euros para gestionarlos caprichosamente, y también son muchos los niños de nuestros colegios que merecerían mayor diligencia y atención de aquellos que tienen la responsabilidad y obligación de hacerlo, pero que jamás lo intentaron tan siquiera.
Muchos de nosotros fuimos sus víctimas y ya, con cierta edad, siguen consiguiendo enojarnos. Ahora no son ellos, o si, solo que han cambiado de careta.
ResponderEliminarLas asignaturas pendientes hay que sacarlas en junio pero ellos ni siquiera en septiembre. Arrastran suspensos desde hace años y pretenden callar las bocas a los ciudadanos montando grandes parafernalias como el campo de golf-erío (permíteme la broma) y esa ciudad del fútbol o las pistas municipales de pádel que llegan tarde pero al menos llegan.
Qué bonito hubiera sido una ciudad multideportiva, verdad?
En fin... más vale tarde que nunca aunque, si es así de mal, prefiero que sea nunca.
Como dijo Albert Einstein, "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo"
Saludos!!