El desinterés de Rajoy

Emilio Guerra

Ya les advierto que no ha producido en mí ningún desconcierto; tampoco sorpresa; mucho menos desilusión, conocer el magnífico “interés y apego” del líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, a las Fuerzas Armadas y por extensión añadida a todos sus miembros y profesionales, de los que yo, sí que me siento muy orgulloso.
En un dialogo con Javier Arenas, aseguró, que era “un coñazo” y un plan “apasionante” asistir al desfile de la Fiesta Nacional el 12 de octubre, cuando hace un año, invitaba al pueblo a participar, hablando de un supuesto “ensalzamiento del orgullo de ser español”, que demostrado queda, él no tiene, ni por asomo.
Otro que miente como un bellaco, y es que a Rajoy, los eufemismos y trolas de Zapatero –que ahora se dedica a rebajar las pensiones a los militares- siempre le han encandilado. Ya intuíamos de la inclinación de Rajoy por imitar comportamientos y estrategias socialistas, sobre todo, después del congreso popular, donde quedó clara la maniobra de “acercarse y caer simpáticos” a los nacionalistas; a esos que no quieren ser españoles, a los separatistas -para que nos entendamos- a los que nos están arruinando.
Para el Partido Popular y sus dirigentes, ya no tiene sentido apelar a la exaltación nacional. Lejos queda aquél vídeo institucional de Rajoy, donde hablaba de “la bandera de los españoles, la que cubre el féretro de nuestros soldados…”: mayor hipocresía imposible. Una vergüenza, pero así se escribe la historia de los grandes partidos y líderes que un día hicieron políticas de Estado; ahora entregados y rehenes de quienes, precisamente, quieren destrozar aún más lo que queda de país. Qué nos contarán a partir de hoy los dirigentes locales del PP. Qué dirá Imbroda, Antonio Gutiérrez o Mª Carmen Dueñas, tan empeñados ellos por abanderar los supuestos intereses de los profesionales de las FAS, con esas arengas demagógicas del Plan de Transición, cuando han sido incapaces, en sus años de gobierno, de establecer un modelo de FAs moderno, acorde a las necesidades de sus componentes.
Si hacemos un repaso somero y objetivo sobre la evolución del estamento y colectivo de las Fuerzas Armadas, en comparación con otras instituciones desde la llegada de la democracia, podremos observar el injusto trato que ha recibido de todos, absolutamente todos, los gobiernos que se han ido sucediendo. Los recortes en los presupuestos para la Defensa, siguen siendo elementos constantes y usuales hasta extremos escandalosos. Salvo la imagen parcheada en el exterior y convertir a las FAs en una ONG, pocas cosas más les inquietan a los dirigentes políticos de hoy día, ya fuesen de un signo u otro.
El desinterés y el abandono hacia los componentes de un Ejército, por antonomasia disciplinado y fiel, colma e ilustra cualquier ejemplo anterior. Nunca preocuparon sus derechos civiles como ciudadanos, sus necesidades sociales o la mejoras de sus condiciones laborales; mucho menos, todo lo concerniente al desarrollo de su carrera profesional.
Sabido lo anterior, y siendo evidente el uso manipulador e intencionado que los políticos siempre hacen, para que un colectivo numeroso les apoye con el voto en las elecciones, espero que el sector conservador melillense de las FAs abra de una vez los ojos y comprenda que el Partido Popular anda muy distante de pretender solucionar sus problemas. Primero, porque no saben y segundo, porque sólo les interesa el número de electores a captar.
Siempre desconfiaré de aquél político que piensa que un acto solemne de Estado, Fiesta Nacional y desfile de las FAs son un “coñazo”.