26/5/08

La mejor defensa es un buen ataque

Javier Alcaide (melillense.net)

Abrumado por las recientes críticas suscitadas por los casos de la espantada de Balearia, la coacción a Inés Urdiales, el homenaje familiar a Javier Imbroda y el boicot económico al grupo de teatro “Concord”, y desorientado por la deriva interna de un partido que parece haber suspendido sus actividades de oposición al gobierno de la nación, el portavoz del psudoejecutivo municipal ha abierto el voluminoso archivo de chanchullos electorales para reprochar a CpM su silencio respecto al envío a parados melillenses de cartas falsas de preselección en los planes de empleo (Ver Melilla Hoy).
Refiriéndome al escándalo nacional que originó la supuesta compra de votos por vales de alimentos que, como no podía ser de otra manera, destapó El País, el 25 de febrero del año pasado consigné en mi diario que “el indolente espíritu de los melillenses no se conmueve por la práctica de unas costumbres o negocios propios de la tradición democrática de nuestra tierra”.
Es seguro que Daniel Conesa también coincide con esta opinión. Por eso, su pretensión de desviar la atención de los problemas municipales hacia unas manifestaciones folclóricas de la idiosincrasia electoral de Melilla constituye un vano intento de salvar a su gobierno de las escasas valoraciones negativas que logran superar la censura de los medios de comunicación del Movimiento Local.
Y, naturalmente, a esto no se va a prestar CpM, que está en su derecho de limitarse a observar cómo transcurre la investigación judicial de este asunto al igual que el PP tiene la facultad de impulsarlo para depurar responsabilidades.
Es una cuestión de intereses.

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