4/4/08

Gestión deportiva

“La gestión deportiva en Melilla es un desastre vergonzoso”
Así de expresivo era el coordinador de UPyD en Melilla, Emilio Guerra, ante la polémica suscitada por el aumento de las tasas en el uso de las instalaciones deportivas de la ciudad.
Invertimos en deporte, una media de 135 euros por habitante, lo que nos coloca dentro de las primeras posiciones en gasto a nivel nacional ¿dónde echamos el dinero?, fundamentalmente en eventos multitudinarios o en fiestas deportivas, que son útiles para algunos casos concretos, pero que nunca pueden ser el eje principal desde el que giren las actividades municipales como ocurre ahora.
Para Guerra, la gestión directa de la propia corporación a través de la consejería de Deportes, que maneja más de 9,5 millones de euros a su antojo, sin ninguna planificación, sin criterios fijos, sin el apoyo de órganos profesionalizados, es un auténtico desatino desde el punto de vista de gestión moderna. Así nos va, continuaba, “en el deporte escolar somos los últimos en todo. Eso sí, gastamos ingentes cantidades en subvenciones millonarias para crear clientelismo político y derrochamos buena parte de ese presupuesto en grandes eventos. Todo un disparate al que nadie pone remedio”.
Por otro lado, el upedista, considera que los responsables políticos del área han establecido un excesivo intervencionismo -directa o indirectamente- en las federaciones y clubes, favoreciendo un clima poco propicio de recelos e inestabilidad, que en nada ayuda a su funcionamiento y desarrollo.
Respecto al control y fiscalización política de las subvenciones, proseguía Gerra, es excesivamente permisiva en algunos casos y opresiva hasta la “persecución implacable” en otros. Carecemos de órganos de seguimiento efectivos que aseguren la correcta utilización de los fondos públicos desde criterios de rentabilidad socio-deportiva, así como para los planes y las prácticas bajo la tutela y responsabilidad del poder local.
Llevamos años de pésima gestión del Partido Popular en el municipio melillense y llevamos años escuchando que el deporte escolar es una “asignatura pendiente”. Todavía, seguimos esperando conocer que planes tienen al respecto o que iniciativas consideran adoptar para paliar un problema enquistado. Sencillamente, afirmaba Emilio Guerra, ni tienen voluntad ni tampoco planteamientos políticos basados en estudios serios y profesionalizados. La dirección del deporte melillense, es un lamentable fiasco y así debo proclamarlo. Cabecea de un lado a otro, a caballo entre el cortijo y la farándula.
“Parcheo y mucha improvisación”, han sido las constantes con que desde las esferas dirigentes se ha manejado el tema para el líder local de UPyD. Nunca existió planificación consecuente, adaptada a la realidad y necesidades, conforme exige una estrategia responsable de gestión deportiva municipal, por eso se producen esas disfunciones operativas como la de las tasas, que no son más que un mínimo ejemplo de los dislates que venimos sufriendo.


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