20/11/07

UPyD nace en Melilla


Felizmente, Unión Progreso y Democracia ya es una realidad en Melilla, cerrando así el mapa territorial de esta joven e ilusionante organización política, que irrumpe rebosante de ideas y valores políticos en una sociedad devaluada y huérfana de los mismos.
Los que hemos llegado a la firme convicción de unirnos a esta iniciativa, lo hicimos por un sentimiento solidario, en la creencia de que era el momento que los ciudadanos -hasta entonces un tanto “dormidos”- empezáramos a tomar conciencia que podíamos hacer algo más que cruzarnos de brazos e ir a votar cada cuatro años.
Un acto, el de acudir a las urnas, que hemos realizado hasta el momento con una resignación pasmosa, firmes en el convencimiento de que cumplimos con una obligación ciudadana, pero enteramente persuadidos de su escasa utilidad final. Esa anomalía, atenta de forma sustancial contra el principio de participación democrática más elemental.
Sinceramente, pienso que era el momento; el momento de tomar conciencia para intentar poner freno a una situación política, a mi entender intolerable, que está destrozando y desarticulando al Estado sin saber muy bien hacia donde nos dirigimos, y que aconseja de manera inmediata, una profunda revisión del actual sistema, así como de las principales leyes que lo sustentan .
No propugnamos algo fácil. Ponemos el dedo en la llaga de una herida que nadie se atreve a tocar: ni PSOE ni PP se atreven, y no lo hacen por la cobardía política de alterar sus ambiciones de poder y porque anteponen –como siempre- los intereses de unos pocos, frente a las demandas masivas de la población en general.
Estamos hablando de una devaluación alarmante del concepto de libertad, un concepto que sustenta o que debe sustentar la legitimidad de la democracia en sí; que choca frontalmente –entre otras cosas- con la actual estructura y funcionamiento interno de las propias organizaciones políticas, carentes de pluralidad y de democracia interna.
Es precisamente, dentro de ese acomodo y esa relajación, donde pervive la actual oligarquía de partidos, donde aseguran prácticamente su futuro y su bienestar, sin importarle demasiado a quién o quienes representan. Una actitud apática e indolente que está degenerando y pudriendo la misma configuración del actual Estado.
La idea originaria, surgida de una plataforma ciudadana, se ha convertido en una opción política de proyección y calado nacional que creemos viable. Esos mismos ciudadanos, somos los que hemos dado un paso adelante adquiriendo el compromiso de defender estas ideas y tratar de difundirlas; personas que en su generalidad no gozamos de experiencia política y salvo excepciones, tampoco hemos tenido militancia anterior alguna.
Nos une, en definitiva, un deseo firme que va más allá de cualquier otra prerrogativa, como es el deseo de prestar nuestro entusiasmo, ilusión y colaboración de manera generosa a un proyecto, encaminado a la regeneración de la vida política, que trata de eliminar la actual aversión, desinterés e incluso la ruptura de muchísimos españoles, actualmente desencantados y aburridos de la clase dirigente.
Unión Progreso y Democracia es el nuevo partido que puede hacer comprender, tanto al Partido Popular como al Partido Socialista, la necesidad y obligación de dar un giro, tanto a sus políticas como a sus actitudes; necesitamos un nuevo partido capaz de canalizar las demandas y los sentimientos de tantos y tantos ciudadanos, cuya frustración política ha llegado al límite de sus extremos.

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