Melilla, se desangra con un futuro muy incierto, pero mientras tanto, quien gestiona pésimamente los recursos públicos año tras año, el Sr. Imbroda, se regodea entre sus multitudes -celebrando convenciones sin venir a cuento- para mirándose al ombligo, seguir predicando el sectarismo, el nepotismo y la desigualdad entre los melillenses.
Otra vez, el Alcalde envalentonado, pronunció torpes y pedestres palabras en lo que fue un insulto para todo aquel que no siga sus postulados o milite en sus huestes. “Nosotros representamos a los más nobles, ellos a los más innobles; nosotros lo mejor, y ellos lo peor”, dijo el adalid del devaluado PP local, refiriéndose a la oposición, entre la que los militantes de UPyD nos incluimos, a pesar de no tener representación en la Asamblea, hasta mayo de 2011, claro.
De manera que ahora, Imbroda, decide qué ciudadanos son innobles, añadiéndoles otro adjetivo: “lo peor”, para rematar la sentencia de su docto e incontestable parecer, tras los aplausos de los enfervorizados asistentes, cuya mitad, ya les digo, tienen muy claro que no le votarán en los próximos comicios.
En ese insulto grave, iba implícita también toda una declaración de intenciones. O eres de los míos, y por tanto, “noble”, o quedarás condenado al ostracismo y a las tinieblas del mal. No cabe posibilidad alguna de utilizar las herramientas de la democracia: dialogo, negociación y consenso. Un alma totalitaria y caciquil como la de Imbroda, no conoce tales términos.
Sin embrago, se desprende bastante temor de reacciones tan “primarias”. Imbroda, no se fía de quienes dentro de su partido, le dan palmaditas y vitorean sus gracias. Tiene experiencia en “apuñalamientos políticos” por la espalda, y denota un nerviosismo, absolutamente impropio para el que dice “arrasar” en las elecciones de mayo de 2011.
Otra vez, el Alcalde envalentonado, pronunció torpes y pedestres palabras en lo que fue un insulto para todo aquel que no siga sus postulados o milite en sus huestes. “Nosotros representamos a los más nobles, ellos a los más innobles; nosotros lo mejor, y ellos lo peor”, dijo el adalid del devaluado PP local, refiriéndose a la oposición, entre la que los militantes de UPyD nos incluimos, a pesar de no tener representación en la Asamblea, hasta mayo de 2011, claro.
De manera que ahora, Imbroda, decide qué ciudadanos son innobles, añadiéndoles otro adjetivo: “lo peor”, para rematar la sentencia de su docto e incontestable parecer, tras los aplausos de los enfervorizados asistentes, cuya mitad, ya les digo, tienen muy claro que no le votarán en los próximos comicios.
En ese insulto grave, iba implícita también toda una declaración de intenciones. O eres de los míos, y por tanto, “noble”, o quedarás condenado al ostracismo y a las tinieblas del mal. No cabe posibilidad alguna de utilizar las herramientas de la democracia: dialogo, negociación y consenso. Un alma totalitaria y caciquil como la de Imbroda, no conoce tales términos.
Sin embrago, se desprende bastante temor de reacciones tan “primarias”. Imbroda, no se fía de quienes dentro de su partido, le dan palmaditas y vitorean sus gracias. Tiene experiencia en “apuñalamientos políticos” por la espalda, y denota un nerviosismo, absolutamente impropio para el que dice “arrasar” en las elecciones de mayo de 2011.
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